En los últimos años, el Servicio de Administración Tributaria (SAT) fortaleció su estrategia para detectar y castigar las operaciones simuladas que permiten a las empresas disminuir sus obligaciones fiscales. Uno de los cambios más relevantes ha sido la aplicación de la prisión preventiva oficiosa por la emisión de facturas falsas, que pasó a ser considerado como un delito de delincuencia organizada.
Lo que muchos emprendedores y dueños de pequeñas y medianas empresas (Pymes) no tienen en cuenta es que la autoridad fiscal no solo realiza cruces de información y controles permanentes para detectar a las llamadas EFOS (Empresa que Factura Operaciones Simuladas), sino también a las EDOs (Empresa que Deduce Operaciones Simuladas). Es decir, a aquellas unidades económicas que presentan en su Contabilidad Electrónica comprobantes que en principio cumplen con todos los requerimientos técnicos y administrativos , pero que en realidad no obedecen a un intercambio real de productos y servicios.
¿Por qué un contribuyente se arriesgaría a utilizar y registrar facturas de operaciones simuladas en su contabilidad? En primer lugar, para aumentar sus deducciones, incluso generar pérdidas fiscales y así erosionar su base gravable del Impuesto sobre la Renta (ISR). También para acreditar un monto mayor de Impuesto al Valor Agregado (IVA) trasladado por sus proveedores, incluso generar un saldo a favor y solicitar su devolución. Sin embargo, hay casos en los que una empresa podría ser considerada como un EDO, no obstante que adquirió de buena fe un producto o servicio de un EFO.
Ahora te estarás preguntando, ¿a qué medidas está expuesta una empresa que es considerado un presunto EDO? En principio, a aclarar su situación respecto de las operaciones consideradas como simuladas y, en otras instancias, a una auditoría del SAT, que no solo puede significar una pérdida de tiempo y dinero, sino trabas para la operación y el movimiento de fondos del negocio.
Estrategias de prevención
Por eso es tan importante que todas las empresas que reciben facturas electrónicas por parte de sus proveedores lleven a cabo una revisión minuciosa de dichos Comprobantes Fiscales Digitales por Internet (CFDIs), además de soportar documentalmente toda la operación que involucra la adquisición de bienes amparados en tales comprobantes, lo anterior para asegurar que el efecto dado en la determinación de sus contribuciones sea correcto y sin riesgo. Como explican los expertos, estas revisiones deben ser realizadas antes, durante y después del pago de los bienes y servicios.
Ten en cuenta que, según datos del SAT, el 80% de los casos de facturas falsas están asociados a servicios (intangibles), como servicios profesionales o de consultoría, informática o capacitación. Y que si trabajas en estos sectores, o contratas a este tipo de proveedores, debes extremar las precauciones. ¿Qué medidas de prevención deberías aplicar? Aquí te lo contamos.
En primer lugar, ten en cuenta que para la autoridad fiscal las empresas tienen la responsabilidad de revisar que sus proveedores no aparezcan listados como EFO´s presuntos o confirmados en el portal del SAT o en el Diario Oficial de la Federación (DOF). Aunque resulte difícil de creer, hay casos en los que las dueños de un negocio reciben solicitudes de aclaración o notificaciones del SAT meses después de que uno de sus proveedores fue listado.
El SAT también brinda una herramienta en su página Web para identificar si un comprobante fiscal fue certificado o no por la autoridad. Solo tienes que ir a la sección “Factura electrónica” y dar click en “Verifica tus facturas”. Después, deberás completar datos como el folio fiscal del documento y el RFC del emisor, y en pocos segundos tendrás los resultados.
Ten en cuenta además que también existen en el mercado plataformas de Contabilidad Electrónica que permiten automatizar el proceso de verificación de facturas y detectar si un comprobante fue emitido por un EFO, al momento de registrarlo en la contabilidad.
Por último, no olvides que resulta vital documentar la evidencia de los servicios contratados. Por ejemplo, si pagaste una factura por un taller de capacitación para tus empleados, toma fotos del evento, o guarda los correos electrónicos a través de los cuales te comunicaste con un proveedor, además de conservar como parte de la contabilidad el contrato correspondiente, donde se haya pactado el servicio.
Quizá estas medidas te puedan parecer exageradas, o hasta innecesarias en el caso de que trabajes con un proveedor recomendado o que conoces desde hace años, pero ten en cuenta que en la actualidad las herramientas fiscalizadoras de la autoridad son cada vez mas eficientes sobre todo ahora que la tecnología brinda cada vez más herramientas para manejar grandes cantidades de información y cruzar datos en minutos.
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