La crisis económica a causa de la pandemia ha provocado muchos cambios en los métodos de trabajo y prioridades de las empresas. El teletrabajo, las reuniones a distancia son ahora parte del día a día en una oficina. Y la digitalización ha pasado de ser importante a ser imprescindible. La transformación digital de las empresas se posiciona como una de las claves para la recuperación de la economía pos COVID-19. Poder trabajar en la distancia gracias a la implantación de nuevas tecnologías o disponer de presencia online para llegar a más clientes y mercados es básico para sobrevivir a esta crisis.

Aprendizaje de otras crisis

Según estudio realizado por la Universidad Oberta de Cataluña, los sectores que se han mostrado más proclives al teletrabajo han sido los menos afectados por la crisis. Las anteriores crisis económicas, según señalan los expertos en el estudio, han dejado experiencias que nos hacen prever que las empresas no volverán a contratar a todo el personal que han despedido durante la pandemia. “La economía mundial ya tiene experiencia en gestión de crisis globales, y por lo tanto sabemos que se protegerá y capitalizará los tramos empresariales y de personas más perjudicados”.

La transformación digital se posiciona como formación fundamental en las empresas para poder reflotar su actividad y la economía en general. Pero, para ello, hay que ser flexible. Es decir, las empresas deben adaptarse a la situación actual, y, para ello, entra en juego la flexibilidad. El principal reto es que la transformación digital de las empresas tenga efectos positivos y duraderos. Y eso solo se consigue, según se extrae en el estudio, preparando a la sociedad en la cultura de las nuevas tecnologías y siendo capaces de interactuar con ellas y asimilándolas como una herramienta más en el día a día.

Es decir, las empresas deben ser flexibles. Los empresarios y autónomos deben abrir la mente a nuevos procesos y formas de trabajo. Implantar nuevas herramientas o plataformas tecnológicas en una pequeña o mediana empresa pasa, necesariamente, por la flexibilidad. Estamos en un momento en el que hay que adaptarse y ser flexible a los cambios, asumiéndolos como algo positivo para el negocio.

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