Hasta antes de la pandemia, solo el 36% de los trabajadores tenían alguna opción de teletrabajo. A raíz del confinamiento, muchas empresas optaron por el trabajo a distancia para poder continuar con sus actividades, por lo que este porcentaje se disparó. Pero, ¿qué va a pasar ahora? ¿Cómo va a ir evolucionando este teletrabajo en las empresas postpandemia? ¿Se van a mantener los porcentajes o se va a ir equiparando a los niveles previos a la crisis?
Según el estudio “Cómo trabajaremos en nuestras empresas cuando termine la pandemia” elaborado por Future for Work Institute, se asegura que el porcentaje de tiempo de teletrabajo más frecuente será de un 30%, el umbral a partir del cual es de aplicación la regulación establecida en el RDL 28/2020 de 22 de septiembre, de trabajo a distancia. En concreto, se estima que en torno al 60% de los empleados mantendrán opciones de teletrabajo. Existe también según se expone en el documento, un un aumento de la automatización de tareas y procesos (84%). Y es que se han cambiado muchos de los hábitos laborales que se tenían. También las reuniones cara a cara o los viajes de trabajo han descendido y se estima que los valores que se tenían antes de la pandemia no se recuperen.
Tampoco es que ahora lo habitual es que todas las empresas apuesten por el trabajo a distancia, pero los expertos apuntan a una tendencia de la implantación de modelos híbridos de trabajo. Es decir, flexibilidad en cuanto a los espacios de trabajo y horario.
Modelo híbrido donde todos ganan
Si bien muchas empresas están empezando a incorporar a personal de manera escalada en sus centros de trabajo, puede que este sistema flexible se quede para siempre. En este sentido, un trabajador puede ir tres días a la semana a la oficina y permanecer en su domicilio, trabajando a distancia los otros dos. Este sistema híbrido puede ser beneficioso para ambas partes.
Para el trabajador supone un ahorro en desplazamiento los días que no tenga que ir, así como una flexibilidad para poder conciliar. Además, la empresa puede apostar por un espacio más reducido, al no tener a toda la plantilla al mismo tiempo trabajando.